A partir del miércoles pasado empezamos a separar los restos orgánicos de comida que generamos, y luego de acopiar hojas secas, tierra y algo de agua, decidimos armar nuestras propias composteras.
Gracias a la guía y facilitadora en compost, Karu Karudel, que nos transmitió sus conocimientos en huerta orgánica adquiridos en el INTA, empezamos a revalorizar la comida que no comemos y en vez de tomarla como desperdicio, empezamos a convertirla en humus.
Ha sido un día muy importante para nosotros/as, ya que hemos descubierto que con poco tiempo y algo de organización, podemos ayudar al ciclo de la vida, mejorando nuestra alimentación y reduciendo la cantidad de residuos que producimos. ¡Salud!
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